viernes, 5 de julio de 2013

No todo es lo que parece.

-Jamás entendía a la gente cuando decía cometer locuras por amor, quizá es una forma estúpida de decir que el fin justifica los medios. A decir verdad nunca fui una persona expresiva. Supongo que a estas alturas te habrás dado cuenta de que lo que te conté sobre mi está narrado en tiempo pasado, eso es porque ella volteó mi mundo y me hizo verlo desde otra perspectiva, aunque como dice el dicho: “No todo lo que brilla es oro”.
I
Eran mediados de febrero y el calor del verano se hacía sentir más allá de la brisa nocturna que aliviaba el sopor producto de las altas temperaturas. Como no era tan tarde aún, decidí salir a fumar un cigarrillo y ya que estaba en ello ver si el mercado estaba abierto para poder comprar algo fresco que tomar.
Para poder llegar hasta mi destino tenía que atravesar una plaza, que por el calor que hacía estaba desierta -no los culpo, yo también quiero regresar a la comodidad de mi casa a prender el aire acondicionado-. Me apresure, aunque mi esfuerzo fue en vano dado que la tienda estaba cerrada.
Algo frustrado comencé con la caminata de regreso, aparentemente tendría que conformarme con agua de la canilla. Iba absorto en mis pensamientos cuando en el sector de juegos de la plaza oigo una de las hamacas moverse -lo cual me pareció raro porque no había tanto viento como para que se moviese sola, y cuando iba hacia la tienda no había nadie cerca-.
Cuando dirijo mi vista hacia esa dirección la vi…
II
Una muchacha que debía tener mi edad aproximadamente, estaba sentada mientras observaba la luna. No se bien que, pero me sentí atraído como si se tratase de algún hechizo, el brillo en sus ojos; su cabello castaño que ondulaba suavemente, reflejaba la luz de la luna; su tez color blanca, parecía como de porcelana.
Perdí la noción del tiempo, -pudieron haber pasado horas y aun así no me importaría- cuando ella notó mi presencia y me hace señas para que me siente junto a ella. Luego de unos segundos de estar en estado de shock, fui y me senté.
Era mucho más bonita de cerca, sus ojos color verde claro me parecían dos piletas inmensas que me invitaban a sumergirme en ellas; su cabello que ahora podía distinguir bien era de un castaño rojizo, su boca y sus orejas eran pequeñas, hasta el punto de parecer tiernas.
-Buenas noches, ¿qué haces a estas horas de la noche solo? . Oh perdona mis modales,  me llamo Clara. -Su voz era melodiosa, pensé que de existir los ángeles su voz sería muy similar a esa, estaba hechizado-.
-Encantado soy Adrián y salí para ver si podía conseguir algo fresco que tomar pero no tuve suerte. De todos modos yo podría preguntarte lo mismo ¿qué hace una chica tan bella a estas horas sola?, ¿qué no temes que te pase nada?.
Entonces ella soltó una risita, si antes estaba hechizado ahora era un idiota hipnotizado, esperando a que el hipnotizador de una orden, esa fue por lejos la risa más bella que había oído en mi vida
-A decir verdad estaba algo preocupada, me distraje mirando la luna y cuando me quise dar cuenta estaba acá sentada. -No era como si no la comprendiese, a menudo me ponía a ver el firmamento nocturno con sus incontables estrellas- Esto podrá parecerte raro. pero ¿podrías acompañarme?, no vivo tan lejos de aquí.
Estupefacto asentí con la cabeza -creo que de la sorpresa tenía la boca abierta, porque escuché esa risa tan melódica nuevamente-
III
La caminata fue breve y no dialogamos tanto, luego de unos pocos minutos Clara se detuvo .
-Gracias, aquí es. -era una casa de aspecto normal que no se destacaba tanto, como muchas otras casas del barrio-.
-Bueno, me alegra haberte podido ayudar.-dije mientras comenzaba tristemente a emprender mi regreso a casa, cuando ella me detuvo-
-Espera , ¿no quieres pasar a tomar algo? si no me equivoco dijiste que querías comprarte algo de tomar. -era cierto, a decir verdad estaba sediento, y era la excusa perfecta para pasar mas tiempo con ella-.
Hablamos toda la noche, sobre música, series de televisión, libros, y varios tópicos más, teníamos muchos gustos en común, una vez caída la madrugada cuando ya comenzaba a amanecer me despedí -no sin antes haber intercambiado números y correos electrónicos-.
Pasados unos días decido llamarla para salir, a lo cual ella accede, y quedamos en encontrarnos en la plaza por la noche -ese era el único horario libre que teníamos ambos: ella estaba estudiando en la facultad y yo tenía un trabajo que me permitía llegar a fin de mes-. Luego de varias salidas podría decirse que estaba en una relación, aunque como dicen: “Si algo parece demasiado bueno para ser cierto, es porque lo es”.
IV
Un día recibo un llamado de un número desconocido, cuando atiendo escucho una voz de hombre diciendo:
-Clara es mi novia, no la jodas más o te mato. 
No tuve ni tiempo de responder cuando el individuo en cuestión cuelga. El llamado en sí no me preocupó, pensaba que no me pasaría nada, aun así  no pude sacarme de la cabeza lo otro que había dicho, sobre ser el novio de Clara.
Al día siguiente me reúno con ella y le comento lo sucedido.
-Perdoname Adrián, el que te llamo fue mi ex, pensé que ya lo había  superado, pero veo que no. -realmente se veía preocupada-
-No es tu culpa, si quieres puedo hablar con el y ver si te deja tranquila. -creí que mis palabras podrían calmarla un poco, pero en cambio lograron lo contrario-
-!No! -era la primera vez que la veía exaltarse de esa forma- Esteban es un tipo violento, prometeme que no te vas a acercar a el. -sus ojos se pusieron vidriosos, estaba al borde del llanto-.
-Bueno, te lo prometo, pero vos prometeme que me avisas si te llega a molestar otra vez, para avisarle a la policía. -ahora sí, mis palabras habían podido consolarla-
Acurrucándose en mi pecho dijo en voz casi inaudible:
-Gracias mi amor, te lo prometo.
V
No volví a tener ningún llamado más de Esteban, aparentemente otra cosa que dice la gente es cierta: “Perro que ladra no muerde”. Una noche luego de haber cenado me disponía a ir a dormir cuando escucho un estallido en la habitación contigua, alguien había tirado una piedra a través de la ventana, y pegada a la piedra había una nota que decía:
·-”Última advertencia, te dejas de joder o te mato
Casi empiezo a reírme de la absurda amenaza, eso de lanzar la piedra con una nota era un cliché que ya había visto en varias series y películas. Aún así todo tiene un límite y esto ya estaba llegando demasiado lejos, por lo que decidí llamar a Clara:
-El gracioso de Esteban me acaba de tirar una piedra con una nota por la ventana, que tipo poco original. -agregué eso ultimo entre risas como para que ella no se preocupara tanto-
Aunque me sorprendí cuando me dijo en un tono serio:
-Te espero en la plaza en media hora. -no se por qué exactamente pero tuve un mal presentimiento-
Una vez llegada la hora acordada la veo llegar a la plaza y cuando intente saludarla besándola, ella corrió su cara y puso una expresión seria, luego de unos segundos decido romper el silencio:
-Esto esta llegando demasiado lejos, creo que mejor será avisar a las autoridades…-no tuve oportunidad de terminar lo que quería decir cuando ella me interrumpe-
-Eso es en vano, no hay nada que la policía pueda hacer. -no se que era, pero a diferencia de siempre ella se veía fría-
-Entonces escapémonos y vayamos a vivir a otro lado… -nuevamente no tuve oportunidad de terminar mi frase-
-Eso también va a ser inútil,,tarde o temprano nos va a encontrar. -comenzaba a sentirme asustado, la sensación de que algo malo iba a suceder era cada  vez mayor-.
-Entonces ¿qué sugieres que hagamos? -comenzaba a irritarme, si tenía un plan era mejor que me lo diga en vez de hacerse la misteriosa-
-Adrían, ¿qué tanto me amas?   -Me quede pasmado unos segundos, esa pregunta en otro contexto no me hubiera alarmado tanto, pero ahora mi temor es cada vez mayor-.
-Ya sabes que mucho
-¿Lo suficiente para hacer cualquier cosa que te pida?
-Cualquier cosa -era definitivo, a quién tenia enfrente no era la dulce chica que yo amaba, pero por más miedo que tuviese no podía resistirme a sus encantos-.
-Entonces, mata a Esteban. -no podía verme pero seguro mis ojos casi se salen de sus órbitas por la sorpresa-.
-Amor en serio, no jodas con eso. -mi preocupación comenzaba a verse reflejada en mi voz-
-¿Qué pasa, no me amas?¿No dijiste que harías cualquier cosa?, lo estuve pensando y esa es la única forma en la que vamos a poder estar tranquilos. -luego de lo que me parecieron minutos de estar pensándolo, decidí hacerlo-.
-Bueno, todo por estar juntos.
VI
Ya era pasada la medianoche cuando llegamos a la casa de Esteban, observé que una de las ventanas de la planta baja estaba abierta de par en par, sigilosamente entre por ella y mire a mi alrededor, todo estaba en silencio, imaginé que el ya estaría durmiendo, lo que me facilitaría el trabajo.
De la forma más silenciosa que pude agarré un cuchillo de la cocina, el más grande y filoso que pude encontrar, entonces me dispuse a subir al primer piso donde supuse se encontraban las habitaciones, en efecto así era, entre en la habitación de Esteban y lo vi, el desgraciado estaba durmiendo pacíficamente sin imaginarse lo que estaba apunto de suceder.
Alcé el cuchillo y murmuré:
-Eras vos o yo, y no pienso renunciar a Clara tan fácilmente. Dicho eso, baje el brazo lo más fuertemente posible, hundiendo el cuchillo en el corazón de mi víctima, la cual comenzó a soltar un alarido y con las pocas fuerzas que le quedaban me dijo:
-Nos mintió a los dos, ten cuidado. -y sus ojos se cerraron-
Me quede tumbado en el suelo unos segundos contemplando el charco de sangre que brotaba del cuerpo que yacía inerte, cuando de repente comencé a oír sirenas, pronto las luces azules y rojas danzaban sobre el oscuro cuarto. Segundos después escucho un estruendo proveniente de la entrada, los policías habían tumbado la puerta y estaban subiendo a buscarme.
Mientras era escoltado hasta la patrulla la veo, a ese engendro endemoniado que alguna vez amé.
-Este sujeto estaba obsesionado conmigo y estaba cansado de verme con mi novio por lo que en un ataque de celos lo mató -pude contemplar como su rostro se humedecía con esas lágrimas de cocodrilo, y antes de que se cerrase la puerta de la patrulla me pareció verla sonreír-.
-Ahora ya sabes mi historia, escribo esto porque la culpa es cada vez mayor y la cárcel ya me está enloqueciendo, quería dejar registro de lo que paso realmente antes de terminar con mi vida, y recuerda que no todo es lo que parece.

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