La próxima vez que vayas por una
película, asegúrate de buscar una que te recomendaré y que te traerá
recuerdos increíbles. No hay otro video como éste, y es imposible
duplicarlo. Puede aparecer en cualquier parte del videoclub. Puede estar
en cualquier estante, en cualquier género, en manos de cualquier
persona. Su cubierta es totalmente negra, y se titula Tú.
Una vez que encuentres el video, no lo
abras. Ve a la recepción a pagar por la renta. El encargado seguramente
te mirará extrañado, y tal vez dirá, «Oh… ése…».
Lleva el video a casa. Puedes tener la tentación de ver el DVD, pero procura no hacerlo.
A media noche, coloca el sofá frente a tu
televisor y asegúrate de que nadie más esté contigo. Asegúrate de que
todo lo que se vea sea oscuridad, y que el único ruido que se oiga sea
el latido de tu corazón.
Reproduce el DVD. El video contiene todo
el conocimiento de tu pasado, presente y futuro. Al pasar las escenas,
irás viendo eventos pasados hasta llegar a los acontecimientos actuales.
Detenlo una vez que llegues al final de los eventos actuales; sabrás en
qué parte detenerte cuando te veas a ti frente al televisor, mirando el
video.
Antes de pasar a ver los acontecimientos futuros, piensa si realmente quieres saber sobre el futuro.
Si decides no ver más, quita el DVD,
déjalo en el suelo de tu armario y vete. Asegúrate de guardar el DVD en
el armario. Por la mañana te darás cuenta de que se ha ido.
Pero si decides ver los acontecimientos
futuros, deja correr el siguiente episodio. Es extremadamente importante
que no grites cuando veas la escena de tu muerte. No quites la vista
del televisor cuando te veas siendo arrastrado a las oscuras
profundidades de lo que una vez fue tu armario. No parpadees cuando te
veas siendo desgarrado por una bestia infernal, y el DVD maldito tirado
en el suelo, junto a tus miembros amputados. En ese momento el video
terminará.
Ah, y no te asustes cuando sientas el aliento de la bestia acariciar tu cuello…
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