Se que muchos catalogaran mi historia de falsa, pero igual la contare:
Estaba en la playa con unos amigos contando historias, anécdotas y chistes, de pronto uno, Javier, soltó que si decías tres veces la palabra Grastiencel a lo alto de una montaña a las 12 de la noche morías.
Todos nos reímos de el, tanto que al final se enfado y se subió a la montaña. Aún no eran las 12 pero el se subió se puso a esperar. Nosotros nos cansamos y como veíamos que no iba a bajar nos fuimos a nuestras casas.
Al día siguiente mi madre me despertó muy temprano, estaba llorando y lo primero que izo fue abrazarme y decirme: Javier esta muerto me dijo entre lágrimas.
En el entierro nos reunimos los que habíamos estado esa noche. Gabriel (el mejor amigo de Javier) estaba pálido, y no paraba de decir que había muerto por nuestra culpa, porque no le habíamos creído, pero David (el atrevido del grupo) dijo que era una idiotez, que seguramente habría resbalado de la montaña.
Se empezó una discusión con la que David salto diciendo que el probaría, y que si moría seria que la historia era verdad.
David obligo a Gabriel a acompañarle para que viera que no eran más que estupideces.
Nosotros les esperamos abajo. No fue hasta las 12.30 que Gabriel bajo con la cara muy blanca y los ojos rojos. Le preguntemos pero no dijo nada, no había manera de que hablara, asique subimos a ver como estaba David. David estaba tumbado en el suelo, uno de nosotros se acerco para verle la pulsación, yo pesé que David nos la jugaría que de pronto saltaría y nos asustaría a todos, pero no se levanto.
Llamamos a la ambulancia y como hacia poco había muerto otro chico, Javier, nos pregunto que habíamos hecho, le dijimos que había subido a dar una vuelta, no nos atrevimos a contarles la historia, al día siguiente Gabriel se suicido, en ningún momento nos conto absolutamente nada, no dijo nada de lo que había sucedido.
Estas tres muertes fueren un choque muy grande para nosotros, Daniel, Pablo y yo decidimos no contar nunca esta historia, yo rompí el trato porque no me lo podía guardar mas tiempo, desde entonces no fui el mismo, mi madre me llevo a cientos de psicólogos, pero no conté nada a nadie, no quería que me tomaran por un loco.
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