A mi hermano menor le encantaba ese videojuego. Cada vez que entrabamos a
un centro comercial se desesperaba por ir a verlo a las maquinas en las
que se juega con fichas. No tenía que hacerlo,ya que a mi madre no le
gustaba ver la sangre del mismo, pero decidí comprarselo. No recuerdo
bien cuál era,sólo que era un juego de esa saga tan conocida.
Diría que fue un 12 de octubre el día en que este juego llegó a las
manos de él. Veía la inquietud que tenía por enchufar la consola y
divertirse un rato.
Todavía me acuerdo. Bajé las escaleras y mi padre me llamó porque ya
comenzaba el partido de rugby en el que jugaban los Allblacks, mi equipo
favorito. Estuve un largo tiempo degustando los pochoclos que mi madre
había preparado. En un momento subí de nuevo para ver qué estaba
haciendo mi hermano después de varias horas que habían pasado. Todo
estaba en orden, volví a bajar nuevamente debido a que no soportaba
estar en la habitación por el calor que despedía ese aparato.
Una voz que sonaba muy raro sin saber porqué pareció que provocó el
desconsolado llanto de mi hermanito. No pude subir más rapido. De a
cinco escalones por zancada. No podía verlo llorar nunca, de la bronca
destrocé la puerta de una temible patada. Estaba un poco oscuro,la
pantalla del televisor estaba violeta y decía: Secret Level unlock. Él
estaba tirado en la alfombra al pie de la cama con golpes en la cara. Vi
a una niña asomandose detras del placard. Para que sepan como era, se
las describo: tenía el pelo blanco, la piel extremadamente blanca, los
ojos y la boca pintados de negro y llevaba un vestido negro. Era
realmente horrorosa. Le pregunté que demonios hacía en la habitación, y
me dijo con una voz desentonada: Sólo lo maté porque llego al nivel
secreto. Nadie puede llegar a el. Solo yo puedo hacer que lleguen. Y
antes un palo que estaba ahí tirado, desapareció. Sentí en ese momento
un miedo inexplicable que solo alguien tan tranquilo como lo era yo en
ese momento pudiese tener.
Todo esto sucedió en segundos. Luego llegaron mis padres aterrorizados
de no saber lo que sucedió. Al ver a su hijo desparramado por el piso y
al escuchar lo que les comente de esa niña malvada llamaron a la
comisaría mas cercana.
Me sentí muy culpable por haberselo comprado. No podía entender lo sucedido.
Llego rapidamente la camioneta de la policia. Cuando el hombre bajó del
vehiculo, desgraciadamente tuve la fea sensacion de verla nuevamente a
esta niña. Se aparecio en el asiento trasero, sonriendo como si no
hubiera pasado nada.
A lo largo del tiempo tuve otras apariciones de esta niña en mi casa.
Tomé la decision de irme de alli, ya que no quería verla nunca más.
Me costo convencer a mis padres, pero finalmente lo conseguí.
Actualmente estoy viviendo en Hévíz, alejado de mi ciudad natal, recordando a mi pobre hermano.
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